El 9 de enero de 2021 fue un día muy ajetreado para mí; me puse a limpiar y a ordenar el patio y la cochera y no es lo mismo veinte años antes que veinte años después. Ya por la noche, dispuesto a descansar, busco el box de los sábados y me entero que no hay función por ser fecha de inicio de año; sintonizo el canal 11 del IPN para ver la película clásica de la época de oro del cine mexicano y me encuentro con la agradable sorpresa de que la cinta programada para este día es La vida inútil de Pito Pérez en su primera versión, protagonizada por el actor cómico Manuel Medel.
Inicia la película y los recuerdos me trasladan al tercer año de secundaria en donde la gran maestra de español Elvira Hernández, en una de sus clases nos encarga la lectura de “La vida inútil de Pito Pérez”. Para tener derecho al examen, cada mes debíamos leer y analizar una novela.
Con esta lectura nos enteramos, gracias a la orientación de la maestra, que la obra del prestigiado escritor e historiador michoacano José Rubén Romero (1890-1952) era una crítica fuerte a las injusticias y a la desigualdad que privaron en el México del siglo XX. Por ello, el famoso testamento del protagonista de la novela refleja un profundo odio clasista, pronosticando que un día el coraje de los pobres explotará generando un terremoto que dejará un erial como paisaje.
La sorpresa más agradable de la lectura me la llevé cuando Pito Pérez, después de andar de vago regresa a su pueblo natal Santa Clara del Cobre, y con una total irreverencia se sube a la torre de la iglesia a repicar las campanas para darse él mismo la bienvenida.
El libro fue escrito en 1938, cuando el ´Grupo Sonora´, encabezado por Plutarco Elías Calles y Álvaro Obregón, acababa de ser expulsado del poder tras quince años de permanencia y de haber regado con sangre el territorio nacional con la intriga, la traición y el asesinato como formas de gobierno.
Una de tantas evidencias escandalosas de lo que aquí se afirma fue el asesinato del General de División Francisco R. Serrano, a quien se le aplicó la ley fuga junto a trece de sus colaboradores el 3 de octubre de 1927 en Huitzilac, Morelos, en la carretera que conduce de Cuernavaca a la Ciudad de México, todo porque tuvo el atrevimiento de disputarle a Obregón la presidencia de la República en 1928.
Poco importó que Francisco Roque Serrano Barbeytia fuera parte del grupo gobernante, en el cual escaló varios puestos, entre ellos la Secretaría de Guerra y Marina, con Obregón y que su hermana Amelia estuviera casada con Lamberto, hermano mayor de Obregón.
Este pasaje de la Revolución Mexicana es rescatado por Martín Luis Guzmán en su libro La sombra del caudillo. En esta novela el autor pone en labios de Olivier Fernández, presidente de un partido político, esta sentencia: "La política de México es política de pistola, sólo conjuga un verbo: madrugar".
Obregón y Calles le madrugaron a Serrano, ejecutando a la par -una semana después- a más de 300 de sus seguidores; este incidente no fue el único que demostró el carácter sanguinario de Obregón; en los combates de Celaya, sin mediar consejo de guerra o juicio alguno, fusiló a más de 400 dorados de Villa.
También, en La sombra del caudillo, el autor nos habla de la ingenuidad del General Serrano cuando, al postularse a la presidencia de la República, pide la anuencia del presidente Calles, quien le sugiere consultar al general Obregón.
En entrevista con el caudillo, al despedirse, Serrano dice: “Bueno, general, ya sabe usted que vamos a una lucha de caballeros”. A lo cual Obregón contesta: “Yo te creía inteligente, Serrano, si en México no hay luchas de caballeros; en ellas uno se va a la presidencia y el otro al paredón”.
Cuando los asesinos de Serrano llegan a la Ciudad de México y entregan el cadáver a Calles y a Obregón, este último expresa: “¡Pero mira cómo te dejaron, Pancho!”. Los ejecutores le habían destrozado el rostro.
Con Obregón la corrupción se institucionaliza en México. Las siguientes anécdotas se le adjudican a él: “No hay mayoría de diputados o senadores que resista las caricias del Tesorero General”, “No hay persona alguna que resista un cañonazo de cincuenta mil pesos”. Y a sus compañeros de combate se debe la siguiente: “Cuando en Celaya un cañonazo le vuela el brazo derecho, a sus subalternos Obregón les ofrece una recompensa de mil pesos a quien lo encuentre. El brazo escuchó el monto de la recompensa y desde donde había caído se levanta y volando va a cobrarle a Obregón la recompensa”.
José Rubén Romero conoció de sobra todo esto; por eso escribió la novela de denuncia social “La vida inútil de Pito Pérez”, en donde utiliza al pícaro para evidenciar al sistema y a los grupos sociales en que se desarrolla. Pero además, como libro autobiográfico, Romero escribe “Mi caballo, mi perro y mi rifle”, en donde comenta su participación en el movimiento armado de la Revolución Mexicana.
La famosa frase: "La historia la escriben los vencedores” se le atribuye al escritor Eric Arthur Blair (1903-1950), conocido por el seudónimo George Orwell; fue complementada por el cineasta argentino Eduardo Mignogna (1940-2006), para quedar así: “La historia la escriben los vencedores, pero la verdad puedes conocerla de los vencidos".
La frase explica el porqué, calles, escuelas, pueblos, ciudades –y hasta una Alcaldía de la Ciudad de México- llevan el nombre de Álvaro Obregón, habiendo sido este personaje un hombre despiadado y ambicioso que reformó la Constitución para reelegirse, dando al traste con el lema central de la Revolución Mexicana “Sufragio efectivo no reelección”.
Lo mismo de Francisco Villa dirán sus detractores. Pero no. Villa tuvo en sus manos la vida de Obregón y lo perdonó; siempre le fue leal a Francisco I. Madero a pesar de que éste lo encarceló por intrigas de Victoriano Huerta en la entrada triunfal a la Ciudad de México. Después de haber tomado Zacatecas, acompañado de Emiliano Zapata y de Felipe Ángeles, entre otros, haciendo bromas se sentó en la silla presidencial.
Cuando le aconsejaron que se quedara en la silla como presidente, honestamente reconoció que no está preparado para ello. En seis meses como gobernador de Chihuahua (al final de 1913 y principios de 1914) expropió ganado de Luis Terrazas para vender carne al pueblo a precios simbólicos y dio un gran impulso a la educación fundando un número considerable de escuelas, haciendo célebre la frase: “Primero pago a un maestro que a un general”.
En 1938 el rumbo del país era incierto y todo indicaba la posibilidad de que México se encaminara al socialismo; así lo hacían suponer la educación socialista, la reforma agraria con la creación del ejido, la construcción de infraestructura y la expropiación petrolera, pero inexplicablemente el presidente Lázaro Cárdenas para el proceso electoral de 1940 inclina la balanza a favor de Manuel Ávila Camacho, haciendo a un lado a quien hubiera sido una garantía en la consolidación de su proyecto: Francisco José Mujica. Con Ávila Camacho se trunca el proyecto cardenista y México se encarrila rumbo al capitalismo.
Contextualizar la obra de José Rubén Romero -La vida inútil de Pito Pérez- pudiera parecer innecesario, pero sustenta su enorme actualidad, demostrando que muchas veces urge que las cosas se compliquen a grado tal que nos saquen de nuestra rutina, de nuestro trabajo, de nuestro mundo imaginario y de confort para darnos cuenta que Pito Pérez tiene razón. Que después de 40 años de Neoliberalismo sólo el 40% de la población económicamente activa tiene un trabajo estable pero la mayoría con salarios muy bajos, y que un 60% se debate en la incertidumbre de la informalidad, olvidados por el gobierno que -en un vergonzoso concubinato con la oligarquía empresarial- ven a nuestro país como un jugoso botín. Son estos barones del poder económico y político los creadores de los Pito Pérez, los que consideran inútiles las vidas de los pobres, de los desposeídos.
Posterior a la época de oro de la Escuela Rural Mexicana y a 1938, cuando José Rubén Romero publica La vida inútil de Pito Pérez, no se ha dado un intento serio de Reforma Educativa, salvo en el sexenio de Adolfo López Mateos (1958-1964) con el Plan de 11 años, que nos heredó el libro de texto gratuito entre otras cosas relativas al financiamiento, a la legislación y a los planes y programas.
Con el parteaguas que se abre entre el Neoliberalismo y la Cuarta Transformación, a partir de las elecciones del primero de julio de 2018 se mantiene la posibilidad de que los exalumnos de las Normales Rurales mantengan y profundicen la exigencia de reapertura de estas instituciones formadoras de docentes que fueron clausuradas. Profundizar la reapertura significa adecuarlas a los nuevos tiempos, considerando, entre otras variantes el desarrollo científico y tecnológico.
En el marco de la Cuarta Transformación retomo el documento de 461 páginas titulado Proyecto de Nación 2018-2024, que sustentó la campaña electoral del hoy presidente de la República Mexicana Andrés Manuel López Obrador, en donde la educación se aborda a partir de la página 420 con el título Cultura Física y Educación para todos, pero sólo de manera general se menciona el desarrollo del deporte, la educación superior, media superior y la educación básica está ausente.
En el contexto de las elecciones de 2021 se abre la oportunidad de aportar la inquietud para una Reforma Educativa a fondo sobre la base de resolver a favor de los principales agentes involucrados (alumnos, maestros y padres de familia) todo lo relativo a objetivos, planes y programas, legislación y financiamiento, incluida la reapertura de las Escuelas Normales Rurales, problema más que de recursos, de voluntad política.
El 13 de enero de 2021 el presidente de México dio a conocer los contratos que se otorgaron a particulares para la administración de ocho centros penitenciarios en el sexenio de Felipe Calderón. Rosa Icela Rodríguez Velázquez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, dijo que tan solo en 2020 se pagaron 15 000 millones de pesos en los reclusorios privados. El costo mensual por cada interno se estima en 114 588 pesos, y en promedio al día de 3 819.60 pesos. Nada que ver con el mantenimiento económico de las Normales Rurales, cuyas becas por alumno son hoy infinitamente menores.
La reapertura de las Escuelas Normales Rurales, para algunos sectores de la sociedad pudiera parecer una propuesta fuera de tiempo. El equipo de La Hoja, revista mensual independiente, durante la edición de los últimos números, paralelamente elaboró un documento de análisis sobre la Reforma Educativa del gobierno peñista, mismo que sustenta esta petición.
Chihuahua, Chih., a 31 de enero de 2021.
F U E N T E S:
Guzmán Franco Martín Luis. La sombra del Caudillo. FCE. Diciembre de 2019.
Kats Federic. Pancho Villa. Fideicomiso para la Cultura México/USA. Dos tomos. Primera edición en español 1998. Segunda reimpresión en español enero de 1999.
MORENA. Proyecto de Nación 2018-2024.
Pierri Ettiore. Francisco Villa. Grandes mexicanos de todos los tiempos. Editores Mexicanos Unidos, S.A. Primera edición. Junio del 2006. México, D.F.
Reed John. México insurgente. Biblioteca fundamental del hombre moderno. Centro Editor de América Latina S.A. Buenos Aires, Argentina. 1971.
Romero José Rubén. La vida inútil de Pito Pérez. Fundación Editorial El perro y la rana, 2007 Av. Panteón, Foro Libertador. Archivo General de la Nación. P.B. Caracas, Venezuela 1010
Taibo II Paco Ignacio. Pancho Villa, una biografía narrativa. Octava reimpresión en Colección Booket. Mayo de 2012.
Valadés José C. Historia General de la Revolución Mexicana. 10 tomos. Ediciones Gernika. SEP Cultura. México, D.F. 28 de febrero de 1985.
Wasserman Mark. La familia Terrazas de Chihuahua (1854-1911). Capitalistas, caciques y revolución. Centro Librero La Prensa S.A. de C.V. Chihuahua, Chih. Tercera edición. 30 de octubre de 2003.